martes, 24 de septiembre de 2013

Reuniendo las piezas de un parchís universitario

Residencia, Cacheiras, fiesta, La Concha, pasta con tomate y atún, Alameda, Renfe, los jueves, campus norte, la Ascensión, la sala del café, parchís.... Son algunas de las palabras que me vienen a la mente cuando recuerdo mi época universitaria. 4 años en los que viví en Santiago y donde no solo adquirí conocimientos profesionales sino que me sirvió para crecer personalmente, superar retos y madurar. 

Esos años los compartí con muchas personas pero cuatro de ellas ocuparon un lugar muy especial y con las que compartí cada momento de esos cuatro años.

Llegamos juntas a Santiago, a la misma residencia universitaria e igual de perdidas. Cada una venía de un rincón de Galicia y con una meta totalmente diferente de la otra. Con los años, una se convertiría en farmacéutica, otra en odontóloga, la tercera en ginecóloga, otra llegaría a ser oftalmóloga y la que escribe en periodista. Parecía difícil que a priori personas tan diferentes congeniaran tan pronto, pero así fue. Poco a poco comenzamos a compartir confidencias en las habitaciones, cafés entre descanso y descanso del estudio, noches de fiesta, viajes al fin del mundo y sueños. 

Tras varios años, fuimos terminando nuestras licenciaturas y haciéndonos hueco en el complicado mundo laboral a lo largo de todo el territorio nacional. 

Hace ya varios años que todas dejamos Santiago y volver a reunirnos cada vez se hacía más complicado. Tras muchos intentos, conseguimos organizar una quedada en Madrid hace unos días para unir las 5 partes de un parchís que marcó nuestra etapa universitaria. Un parchís que partimos en 5 piezas y que cada una recibimos a medida que nos licenciábamos. Unas piezas que tras 5 años se volvieron a unir para recordar viejos tiempos y pasar un fin de semana increíble.


Pdt: No, nunca jugamos con este parchís. Para nosotras es un símbolo ya que lo encontramos el año que llegamos a Santiago.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor

Hoy en día el nivel de inglés es fundamental para encontrar trabajo. Son muchas las empresas que comienzan la selección del personal fijándose en el nivel de inglés de los candidatos y, si no hablan fluidamente el lenguaje de Shakespeare directamente no hay posibilidad de continuar con el proceso.

Pero, parece ser, que para ser miembro del COI y representar a Madrid como ciudad olímpica en 2020 el nivel de inglés no es fundamental. Estos días pudimos ver como la alcaldesa de Madrid, Ana Botella intentaba defenderse en un inglés rudimentado que dejó mucho que desear.

En su discurso ante los miembros del COI, Ana Botella dejó una frase para la historia: "Relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor". Me gustaría saber qué pensaron en esos momentos todos los miembros al escuchar espantosa frase salir por la boca de la alcaldesa de Madrid. Sin duda, un claro ejemplo de un spanglish que se mostrará en las clases de inglés como un ejemplo a no seguir.

Y yo me pregunto, si hoy en día en cualquier empresa te piden como mínimo un nivel de inglés del B2 ¿Por qué a nuestros políticos no se les pide también ese nivel? Una vez más, los políticos españoles han dejado mucho que desear mostrándose al mundo con su ridículo inglés y su imposiblidad de entenderse con el resto del mundo en el idioma que está considerado como el idioma universal.