domingo, 25 de mayo de 2014

Un café

Era tarde, esperaba sentada en aquella mesa, aquella mesa donde tantas y tantas veces habíamos hablado del pasado y del futuro, del ayer y del mañana, de ti, de mí y de nosotros.

Otra vez tú llegabas tarde, y esta vez no podíamos dejarlo pasar, no podíamos seguir evadiendo ese tema que ondeaba en el aire y nos asfixiaba. A ninguno de los dos nos gustaba tener que enfrentarnos a la verdad, era una decisión difícil y debíamos hacerle frente a la realidad. La hora había llegado, era hora de expresar en palabras lo que ninguno de los dos quería oír.

¿Tu crees que sería mejor si...? ¿Piensas que es el momento de...? y mientras las palabras se intentaban ordenar en mi mente para formar un discurso con sentido, apareciste de repente a mi lado y me diste un beso. Te sentaste enfrente de mi. Y en ese instante, ese instante en donde mis ojos se cruzaron con los tuyos todos mis pensamientos se frenaron de golpe. Los dos sonreímos y nos dimos cuenta que el tiempo nos mostraría el camino. Pero ahora no era el momento.

- ¿Un café?
- Solo si es contigo.


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